No pude despedirme de ti.
Las prisas, las elecciones, la vida… Y guardo mucho de ti… lo guardo en mi corazón, como aquella vez que nos quedamos a dormir a tu casa para subir temprano al aeropuerto. Recuerdo aquellos días en los que estuvimos juntas, cuando hablábamos de los planes que Dios tenía y las cosas que estaban cambiando en tu corazón.
Me parte el alma que ya no estes… me parte el alma que no hayamos podido hablar… Empiezo a tomar conciencia de tu ausencia, recuerdo tu voz, tus sueños y tu lindo corazón. Recuerdo como amabas cantar y cuanto anhelabas adorar. Tú sabías cuanto te extrañaba… no entendía muchas veces porque tomaste distancia… cual fue la decepción, la pena o la desilusión que sentiste…. Y no sabes cuánto te seguiré extrañando….
Adiós mi hermosita… mi Laurich… Se que el Señor te guarda en el cielo cerca de su corazón…